Ara que estem passant una època molt estressant, m'ha vingut al cap l'existència d'un producte que, teòricament, serveix per a relaxar (o desestressar, que ve a ser el mateix). Però, és clar, quan les coses no fan la seva funció (o no la sabem veure, no sé...), doncs un s'estressa més. Manera de desfogar-te? Escriure-ho!
Lo japonés está de moda. Se llevan las camas tipo ‘tatami’ y, si a uno no le gusta el ‘sushi’, ya es un rancio, un anticuado y un antisocial. Así pues, será mejor que nos adaptemos a los nipones o correremos un serio peligro de extinción.
Pero no nos estresemos. Calma. Nuestros colegas amarillos no nos quieren a
gobiar. Es más, si estamos con los nervios a flor de piel, ¡también tienen una solución! Este gran remedio oriental se llama ‘Karesansui’ algo que, con sólo leerlo, se te quita la taquicardia de golpe. Yo prefiero su traducción: Jardín Zen, el entorno donde los monjes Zen japoneses van a meditar (a la fotografia podeu veure un Jardí Zen 'de veritat'). Qué bonito, qué relajante… ¿Cómo va a pasar nuestra hiperactiva sociedad sin un Jardín de estos? ¿Uno? No, ¡miles! ¡Millones! Porque para relajarse con uno de estos chismes no hace falta salir de casa –que nosotros, los occidentales, somos muy de sofá-.Se pone de moda y un buen día alguien, que lleva años viéndote unas ojeras que chillan a gritos un buen balneario, se planta en tu casa con una caja envuelta con un lazo rojo y una sonrisa de oreja a oreja, como si dentro de ese paquete hubiera un balneario desmontable. Pues no, eso sería ser un anticuado. Ahí dentro está el remedio milagroso antiestrés de un Jardín Zen.
Como buen occidental te sientas con el nuevo trofeo en el sofá delante de la ‘caja tonta’, el único apara
to que de momento ha logrado desestresarte un poco. Abres la caja y a la vez, también los ojos como platos –nada que ver con los de un monje Zen-. Ese jardín paradisíaco lo forman tres objetos: una bandeja que no tiene más que eso; una bolsa llena de arena que bien podría ser la de la playa; y un rastrillo, ni más, ni menos (mireu el 'fantàstic' Jardí Zen i compareu-lo amb el de veritat). Eso no sirve para hacer castillos de arena; esos tres objetos sirven para quitarte el estrés. Que no sea dicho: echas la arena en la bandeja, coges el rastrillo y lo pasas por la arena. Tan sencillo como eso… Tan estúpido como eso… Y tú acabas más estresado porque, por muchas vueltas que le des a la arena, jamás consigues ver a qué finalidad hay que llegar. Mejor un buen balneario.
